Destacados en Psicología De Las Masas

Destacados en Psicología De Las Masas

Le Bon incorpora a Darwin y Haeckel en su pensamiento sobre la herencia y la naturaleza humana:

El entorno, las circunstancias y los acontecimientos representan las sugerencias sociales del momento. Pueden tener una influencia considerable, pero esta influencia es siempre momentánea si es contraria a las sugerencias de la raza; es decir, a las que son heredadas por una nación de toda la serie de sus ancestros... Las ciencias biológicas se han transformado ya que la embriología ha mostrado la inmensa influencia del pasado en la evolución de los seres vivos; y las ciencias históricas no sufrirán menos cambio cuando esta concepción se haya difundido más. Todavía no es suficientemente general, y muchos estadistas todavía no están más avanzados que los teóricos del siglo pasado, quienes creían que una sociedad podía romper con su pasado y ser completamente refundida en líneas sugeridas únicamente por la luz de la razón.

 

Sobre la identidad nacional y las instituciones sociales:

Una nación no elige sus instituciones a su antojo, como tampoco elige el color de su pelo o de sus ojos. Las instituciones y los gobiernos son el producto de la raza. No son los creadores de una época, sino que son creados por ella. Los pueblos no se gobiernan según sus caprichos del momento, sino como su carácter determina que se gobiernen. Se requieren siglos para formar un sistema político y siglos para cambiarlo. Las instituciones no tienen virtud intrínseca: en sí mismas no son ni buenas ni malas. Los que son buenos en un momento dado para un pueblo dado, pueden ser extremadamente dañinos para otra nación.

 

Sobre individuos y multitudes:

Por el mero hecho de formar parte de una multitud organizada, un hombre desciende varios peldaños en la escala de la civilización. Aislado, puede ser un individuo culto; en una multitud, es un bárbaro, es decir, una criatura que actúa por instinto. Posee la espontaneidad, la violencia, la ferocidad y también el entusiasmo y el heroísmo de los seres primitivos, a los que además tiende a parecerse por la facilidad con la que se deja impresionar por las palabras y las imágenes, que no tendrían ninguna acción sobre sí mismo. cada uno de los individuos aislados que componen Psicología De Las Masas, y ser inducido a cometer actos contrarios a sus intereses más evidentes y a sus hábitos más conocidos. Un individuo en una multitud es un grano de arena entre otros granos de arena, que el viento levanta a voluntad.

 

Sobre educación e igualitarismo:

Entre las principales ideas dominantes de la época actual se encuentra la noción de que la instrucción es capaz de cambiar considerablemente a los hombres y tiene como consecuencia indefectible mejorarlos e incluso igualarlos. Por el solo hecho de ser constantemente repetida, esta afirmación ha terminado por convertirse en uno de los dogmas democráticos más firmes. Sería tan difícil atacarlo ahora como hubiera sido antes atacar los dogmas de la Iglesia.

Sobre religión, ideología y fanatismo:

Una persona no es religiosa sólo cuando adora a una divinidad, sino cuando pone todos los recursos de su mente, la completa sumisión de su voluntad y el ardor de toda su alma del fanatismo al servicio de una causa o de un individuo que se convierte en el meta y guía de sus pensamientos y acciones. La intolerancia y el fanatismo son los acompañantes necesarios del sentimiento religioso. Los manifiestan inevitablemente quienes se creen poseedores del secreto de la felicidad terrenal o eterna. Estas dos características se encuentran en todos los hombres agrupados cuando están inspirados por una convicción de cualquier tipo. Los jacobinos del Reino del Terror eran en el fondo tan religiosos como los católicos de la Inquisición, y su cruel ardor procedía de la misma fuente.

 

Sobre la soberanía de las multitudes:

El dogma de la soberanía de las multitudes es tan poco defendible, desde el punto de vista filosófico, como los dogmas religiosos de la Edad Media, pero goza en la actualidad del mismo poder absoluto que gozaron antaño. En consecuencia, es tan inatacable como lo fueron en el pasado nuestras ideas religiosas... El dogma del sufragio universal posee hoy el poder que poseían los dogmas cristianos en el pasado. Oradores y escritores aluden a ella con un respeto y una adulación que nunca cayó en la parte de Luis XIV. En consecuencia, debe tomarse la misma posición con respecto a él que con respecto a todos los dogmas religiosos. Sólo el tiempo puede actuar sobre ellos.

 

Sobre los políticos:

Las características generales de las multitudes se encuentran en las asambleas parlamentarias: la sencillez intelectual, la irritabilidad, la sugestionabilidad, la exageración de los sentimientos y la influencia preponderante de unos pocos líderes... Es terrible a veces pensar en el poder que la fuerte convicción combina con la extrema estrechez de mente le da prestigio a un hombre que posee.

 

Sobre el gobierno de los expertos:

Todos nuestros economistas políticos tienen una gran educación, siendo en su mayoría profesores o académicos, pero ¿hay una sola cuestión general (protección, bimetalismo) en la que hayan logrado ponerse de acuerdo? La explicación es que su ciencia es sólo una forma muy atenuada de nuestra ignorancia universal. Con respecto a los problemas sociales, debido a la cantidad de cantidades desconocidas que ofrecen, los hombres son sustancialmente, igualmente ignorantes. En consecuencia, si el electorado estuviera compuesto únicamente por personas llenas de ciencias, sus votos no serían mejores que los emitidos en la actualidad. Se guiarían principalmente por sus sentimientos y por el espíritu de partido. No deberíamos librarnos de ninguna de las dificultades con las que ahora tenemos que lidiar, y ciertamente deberíamos estar sujetos a la opresiva tiranía de las castas.

 

Impacto de las élites civilizadoras y las multitudes bárbaras sobre la civilización:

Las civilizaciones hasta ahora sólo han sido creadas y dirigidas por una pequeña aristocracia intelectual, nunca por multitudes. Las multitudes solo son poderosas para la destrucción. Su gobierno es siempre equivalente a una fase bárbara. Una civilización implica reglas fijas, disciplina, paso del estado instintivo al racional, previsión del futuro, un elevado grado de cultura, condiciones todas ellas que las masas, abandonadas a sí mismas, se han mostrado invariablemente incapaces de realizar. Como consecuencia de la naturaleza puramente destructiva de su poder, las multitudes actúan como esos microbios que aceleran la disolución de los cuerpos debilitados o muertos. Cuando la estructura de una civilización está podrida, siempre son las masas las que provocan su caída.